viernes, 5 de octubre de 2018

La promesa llegará

Había un camino más corto para llegar a la Tierra Prometida, pero Dios hizo que el pueblo fuera por el camino más largo, les hizo dar toda una vuelta, cuando había un camino más directo. ¿Por qué? Porque había un proceso que cumplir.

No podían entrar a la Tierra Prometida así como estaban, necesitaban ser purificados, trabajados, era un pueblo idolátra, revelde, sanguinario. Dios los tenía que trabajar, pulir, y eso llevaba un tiempo.

Ellos tenían una promesa, pero fue largo el tiempo para llegar a esa promesa, es más, los ancianos no entraron a la Tierra Prometida, ellos murieron en el desierto, solo entraron las nuevas generaciones, las generaciones purificadas y trabajadas por Dios.

Muchas veces, Dios, antes de darnos su promesa, nos pone en procesos y puede ser que la realidad no nos guste y que ya querramos la promesa. Pero Dios no nos puede hacer entrar en la Tierra Prometida con el hombre viejo, el hombre viejo tiene que morir para que entre el hombre nuevo. En el proceso, Dios nos va purificando y trabajando la confianza, la esperanza, la paciencia, nos va quitando el traje del hombre viejo, el traje manchado y desgastado. Y eso lleva su tiempo.

Si todavía no llega la promeza y estás en un proceso, tenés que saber que es Dios el que te hace ir por el camino más largo para prepararte para recibir la promesa. Hay que aprovechar este tiempo para sacar el máximo provecho de lo que Dios quiere hacer con nosotros, aprovechar para fortalecernos y trabajar la paciencia, la esperanza, la fe, la humildad y tantas cosas que vayamos viendo que Dios nos quiera trabajar.

Agradezcamos y alabemos a Dios por este tiempo, porque si el nos puso en un proceso, si nos mandó al desierto, es porque algo quiere darnos, porque algo quiere de nosotros, porque tiene sus ojos puestos en nosotros.

Dios en fiel.


El pecado de impureza.

Vi al Señor Jesús atado a una columna, despojado de sus vestiduras y enseguida empezó la flagelación. Vi cuatro hombres que por turno azotab...