miércoles, 24 de enero de 2018

LA PRUEBA DE LA VIRGEN MARIA

LA PRUEBA DE LA VIRGEN MARÍA.

Ya te he narrado, hija mía, cómo la Divinidad festejó el instante de mi Concepción y como el cielo y la tierra me proclamaron como su Reina. Desde aquel instante, Yo permanecí en tal forma fundida con mi Creador, que me sentí dueña de sus dominios Divinos. Aquel mismo querer que reinaba en Él, reinaba ahora también en Mí y, por tanto, nos hacía inseparables.

Y si bien todo era alegría y fiesta entre Nosotros, para que Él pudiera confiar enteramente en Mí era necesario que Yo pasara una prueba. Hija mía, la prueba superada es una bandera que dice "Victoria"; y ésta es capaz de hacernos poder recibir todos los bienes que Dios nos quiere dar, y dispone al alma a grandes conquistas.

Yo comprendí como la prueba era necesaria para poder ofrecer a mi Creador, en reciprocidad de sus innumerables favores, una muestra de gran fidelidad, aún a costa del sacrificio de toda mi vida. ¡Oh, cuán bello es poder decir: "Tú me has amado y Yo te he amado". Sin una prueba, ésto nunca se podría afirmar de verdad.

Debes saber entonces, hija mía, que el FIAT Omnipotente me hizo conocer la obra de la Creación del hombre. También él había salido inocente y santo de las manos Divinas; también él había gozado de una felicidad indecible, dominando con su cetro toda la creación y todos los elementos. El Querer Divino que reinaba en él soberano, lo enriquecía con todos los bienes de la creación y lo hacía inseparable de su Creador.

Pero antes de confirmar la inocencia, la santidad y la felicidad del primer hombre, antes de concederle el dominio sobre todo el universo, Dios quiso sujetarlo a una prueba. Entre tantos frutos que se encontraban en el Paraíso Terrenal, le prohibió tocar uno solamente... Pero Adán no supo permanecer fiel, y habiendo transgredido la orden divina, el Señor no pudo fiarse más de él y, por tanto, quedó obligado a privarlo de las sublimes prerrogativas con las cuales lo había dotado. La obra de la Creación, en consecuencia, se puso, por decir así, de cabeza, se trastornó.

Cuando Yo conocí los grandes males que la voluntad humana había provocado en Adán y en toda su descendencia, en cuanto fui concebida, lloré amargamente por el hombre caído. Y de igual modo no tardó en llegar para Mí el momento de la prueba. El Querer Divino me invitó a entregarle mi voluntad. "No te pido, me dijo, "la obediencia que le pedí a Adán, no; te pido a Ti que me des tu voluntad; Tú la tendrás como si no la tuvieras, bajo el imperio de mi Querer que será tu vida."

El FIAT supremo hizo así el cuarto paso en mi alma, pidiéndome mi voluntad como prenda, esperando que pronunciara mi FIAT, como mi aceptación.

El perseverar con fidelidad en la prueba que Dios quiera de ti le permite desarrollar sus designios en tu alma y hacer de ella su obra maestra.

Quien no es fiel en la prueba, trastorna la obra de su Creador.

La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad.
Luisa Picarreta



domingo, 21 de enero de 2018

LUISA PICARRETA. SIERVA DE DIOS

LUISA PICCARRETTA.



Nació el 23 de abril de 1865 en la pequeña ciudad de Corato, en la provincia de Bari, al sur de Italia, ahí vivió siempre, y ahí murió en olor de santidad el 4 de marzo de 1947.

Ochenta y dos años de vida, sesenta y cuatro de los cuales, sí, sesenta y cuatro, los pasó en la “celda más pequeña que haya habido en el mundo”: su cama. Encima y alrededor de su cama una ligera estructura metálica de la cual por los cuatro costados pendían sendas cortinas, que hacían de su cama un claustro de escasos dos metros cuadrados; espacio suficiente para ella y su Amado: Jesús, que casi a diario la visitaba y la amaestraba para que ella modelara todo su interior a semejanza de Él. Y no sólo para Él, sino también había espacio para la Mamá- la Santísima Virgen, a quien Luisa llamaba-, la que con la misma finalidad de hacer de Luisa una copia perfecta del interior de Jesús y del de Ella, la visitaba también con frecuencia.

Luisa estuvo siempre bajo la potestad de la “Señora Obediencia”, ante la que siempre se doblegó y sometió, y que desde el Obispo le venía por medio del Confesor en turno. Nuestro Señor intervino para poner a Luisa definitivamente y sin dudas en su estado de víctima de reparación, para lo cual se sirvió de una epidemia de cólera que en 1886 cosechaba muchas víctimas en la región de Corato. Jesús le pidió que aceptara un estado de sufrimientos para poner fin a aquel flagelo, y habiendo aceptado Luisa, después de tres días de sufrimientos desapareció el cólera, que desde meses antes cundía.

Cuando ella tenía 21 años, su nuevo confesor, Don Michele de Benedictis, para conocer, probar y discernir su espíritu, le impuso por primera cosa que, si debía sufrir, debía primero pedirlo a la obediencia. Un año después, Jesús le pidió ofrecerse a sufrir, pero no ya a intervalos, como en el pasado, sino de modo continuo, y todo para reparar a la Divina Justicia, demasiado airada, y evitar a los hombres tantos castigos que cada vez más merecían y que estaban a punto de llover. Luisa hizo saber estos deseos de Jesús al Confesor y le pidió que le diera la obediencia, pues debía sufrir “por un cierto tiempo”-que ella pensaba fueran cuarenta días-; el Confesor consintió y Luisa quedó así definitivamente en cama, desde los 22 años, en el otoño de 1887. Y aún debió vivir por otros 60 años, sí, 60, en su “celda”, pues la obediencia le venía renovada, y los vivió así sin haber estado NUNCA enferma de nada y sin que jamás presentara una llaga debido a su estado.

Se inició, entonces, una nueva cadena de gracias singulares, Jesús se hacía ver frecuentísimamente, disponiéndola a los “Desposorios Místicos” y llevándola a una perfecta conformidad con la Voluntad de Dios. Jesús continuó preparándola para otros desposorios, los “Desposorios de la Cruz”, y, una mañana, mostrándose crucificado, le comunicó los dolorosísimos estigmas de su Pasión, pero, consintiendo los deseos de Luisa de dejárselos invisibles, ninguna señal externa le dejó.
Desde entonces le era renovada por Jesús mismo la crucifixión.

Luisa, que se veía consumar por un hambre insaciable de sufrir, años más tarde debió aprender que todo, voluntad de sufrir y aún el deseo de ver sensiblemente a Jesús, todo debía morir en la Divina Voluntad. Muerto este Confesor, uno nuevo, Don Gennaro di Gennaro, en 1899, la tomó a su cuidado y así fue durante 24 años. Y por primera cosa le dio la obediencia, dolorosísima para ella, de escribir todo lo que había sucedido, desde el inicio, entre Jesús y ella, y empezó a escribir en febrero de 1899.

Jesús continuó enseñándola y preparándola a su excelsa misión, a la máxima gracia y a un “estado superior”: Vivir en y de la Divina Voluntad. En 1900 le habla por primera vez de esto y da a ella por primera esta Gracia de las gracias y la constituye como la Pequeña Hija de la Divina Voluntad, iniciando así con ella, en el silencio y en lo escondido, la nueva Era de Gracia, el verdadero Reino de la Divina Voluntad en la Tierra, el cumplimiento del Pater Noster: Fíat Voluntas Tua Sicut in Coelo et in Terra. Hágase Tu Voluntad como en el Cielo en la Tierra.

Luisa escribió, a partir de entonces, 36 volúmenes acerca de esta doctrina del vivir en la Divina Voluntad, y otros escritos, entre los cuales estas Horas de la Pasión, de las que se publicaron cuatro ediciones, en 1915, 1917 y 1921. La obediencia de escribir cesó y el último capítulo del Vol.36 lo escribió el 28 de febrero de 1938.

Finalmente, el 4 de marzo de 1947, a las 6 de la mañana, murió, después de una breve pero inmensa pulmonía. Después de 4 días de veneración pública de sus restos, tuvo su primera apoteosis: sus triunfales funerales, en los que participaron innumerables personajes de la Iglesia local de Trani, diócesis a la que pertenece Corato, así como de otras partes, según se puede constatar en algunas fotografías de la época.

Pero dejemos ahora la palabra a uno de sus Confesores, uno con el que estuvo en contacto por 17
años, si bien solo casi 2 años fue su confesor extraordinario, hasta la muerte de él en 1927; aquel que se interesó de tal manera en la persona, en los escritos de Luisa y en la doctrina de la Divina Voluntad, que fue quien publicó estas Horas de la Pasión: San Annibale María de Francia.

El P. Annibale Maria di Francia llegó a Corato en 1910, iniciando una serie de visitas y un frecuente e íntimo contacto espiritual con Luisa. Conocerla, para él significó un viraje trascendental en su vida, y el conocimiento de la Divina Voluntad fue decisivo en su espiritualidad.

El Arzobispo de Trani lo nombró Censor eclesiástico de su diócesis y director en lo que se relacionaba con los escritos de Luisa, en vista de la publicación que el Padre
deseaba hacer.

Entonces el P. Di Francia se dedicó, con todos sus deseos y energías, a la publicación de estas Horas de la Pasión, para las que escribió una larga introducción, e hizo cuatro ediciones, siempre con el Imprimatur y el Nihil Obstat. El Padre, como Censor de los escritos de Luisa obtuvo de S.E: el Azobispo de Trani el Imprimatur para los primeros 19 volúmenes escritos por Luisa, que eran los que a la sazón había escrito.

Dejémosle, pues, la palabra a él, transcribiendo parte del válido testimonio que de Luisa dejó escrito:

“...Ella quiere vivir solitaria, oculta y desconocida.
Por ninguna razón habría puesto por escrito las íntimas y
prolongadas comunicaciones con Jesús adorable, desde
su más tierna edad hasta hoy, y que continúan quién sabe
hasta cuándo, si Nuestro Señor mismo no la hubiera obligado,
ya sea directamente por Él o por medio de la santa
obediencia a sus directores, obediencia a la que siempre
se rinde con gran violencia por su parte, junto con una
grande fortaleza y generosidad, porque el concepto que
ella tiene de la Obediencia le haría rehusar aún la entrada
al Paraíso...” “Y esto constituye uno de los más importantes
caracteres de un espíritu verdadero, de una virtud sólida
y probada, y además se trata de cuarenta años en los
que con la más fuerte violencia contra sí misma se somete
a la gran Señora Obediencia, la que la domina...”

“Esta Alma Solitaria es una virgen purísima, toda de
Dios, objeto de singular predilección del Divino Redentor
Jesús Nuestro Señor, que de siglo en siglo acrecienta
siempre más las maravillas de su amor, parece que de esta
virgen, a quien Él llama la más pequeña que haya encontrado
en la tierra, desprovista de toda instrucción, ha querido
formar un instrumento apto para una misión tan
sublime que NINGUNA OTRA se le puede comparar,
esto es, para el triunfo de la Divina Voluntad en la tierra,
de conformidad con lo que está dicho en el Pater Noster:
Fiat Voluntas Tua Sicut in Coelo et in Terra”.

“Esta Virgen del Señor, desde hace más de cuarenta
años, desde que era adolescente, fue puesta en cama como
víctima del Amor Divino. Y durante todo este tiempo ha
vivido una larga serie de dolores naturales y sobrenaturales,
de embelesamientos de la Caridad eterna del Corazón
de Jesús. Origen de dolores que exceden todo orden ha
sido una casi continua y alternada “privación de Dios...”.
“A los sufrimientos del alma se agregan también los del
cuerpo, todos originados por el estado místico: sin que ninguna
señal aparezca en las manos, en los pies, en el costado
o en la frente, ella recibe de Nuestro Señor mismo una
frecuente crucifixión... Y si Jesús no lo hiciera así, sería
para esta alma un sufrimiento espiritual inmensamente más
grande... Y esta es otra señal de verdadero espíritu...”.

“Después de cuanto hemos dicho acerca de la larga y
continua vida de años y años en una cama en calidad de
víctima, con participación de tantos dolores espirituales y
corporales, podría parecer que la vista de tal desconocida
virgen debería ser una cosa dolorosa y afligente, pues
sería ver a una persona que yace con todas las señales de
los dolores sufridos...pero aquí hay otra cosa admirable:
Esta Esposa de Jesús Crucificado, que pasa las noches en
éxtasis dolorosos y en sufrimientos de todo género, al
verla luego en el día, medio sentada en su cama, trabajando
en sus bordados, nada, nada se transparenta, ni lo más
mínimo, de una que en la noche haya sufrido tanto.

Ninguno, ningún aire de extraordinareidad o de sobrenaturalidad.
Se ve en todo con el aspecto de una persona
sana, alegre y jovial; habla, discurre y a veces ríe, si bien
recibe a pocas personas amigas...”.


Y para terminar esta Presentación, diré que el Padre Di Francia, que con tanto fervor publicó esta obra y cuyo testimonio acerca de LUISA en parte he reproducido, fue BEATIFICADO por el Papa Juan Pablo II el pasado 7 de octubre de 1990 y fue por Él elogiado y puesto como ejemplo para los sacerdotes de nuestros días.

José Luis Acuña Enero de 1991

martes, 2 de enero de 2018

Dios tiene un sueño. Don de la Divina Voluntad. Luisa Picarreta

EL DON DE LA DIVINA VOLUNTAD

LUISA PICARRETA

(Hija de la Divina Voluntad)



Jesús le dijo a Luisa Picarreta, que quién acoge y vive el Don de la Divina Voluntad, No pasara por el Purgatorio.

Le da esta oración , para rezarla todas las mañanas y así estar dispuesto a acoger este Don.




" Divina Voluntad , te doy mi voluntad propia por el corazón de María que posee todos los Dones y los frutos de la Divina Voluntad . Ven Divina Voluntad en esta acción que estoy haciendo y en todas las acciones que haré durante el día."




El deseo de Dios es que todos acojan el Don de la Divina Voluntad.





¿QUÉS ES LA DIVINA VOLUNTAD?


Extractos del video: Divina Voluntad del sacerdote exorcista Ghislain Roy
(https://www.youtube.com/watch?v=fElMQuLM5sk)


Es el Don que maravilla a los ángeles y a los Santos, es el regalo de regalos que hace prosternar el cielo todo entero frente a la creatura que ha recibido este don tan maravilloso, donde Dios quiere hacerlo todo a través de su creatura, mirar a través de sus ojos, escuchar a través de sus oídos, hablar a través de su boca, comer a través de esta creatura humana, trabajar a través de sus manos, caminar por sus pasos. Es el Don que Dios quiere regalar a toda la humanidad.




Es el sueño de Dios para cada creatura humana y el tiempo para la realización de este sueño ha llegado. Para cada creatura que dará su sí a la Divina Voluntad y que dándole su voluntad propia, que tantas veces lo lleva al mal y al pecado, Él empezará en esta criatura, la acción de Dios.




Adán tenía el Don de la Divina Voluntad pero lo perdió a causa del pecado.
El Señor prometió que a los que hagan conocer estas enseñanzas, Él los bendeciría especialmente. Jesús le dijo a Luisa Picarreta, que por una sola alma que acoja el Don de la Divina Voluntad, Él le dará la felicidad de diez mil que le hayan rechazado este Don, y cuando un alma de su sí, Dios empieza a actuar en todo el corazón, el cerebro y el alma de esta persona, Él le dice a Luisa que su Sangre llueve sobre esta persona, Él empieza a vivir en esta persona, recordando la palabra de San Pablo: ya no soy yo el que vive, sino es Cristo el que vive en mí. Y Jesús le decía a Luisa que en el momento en que la persona de su sí diariamente, sus ojos y toda su atención están volteados a esta persona, porque este Don de la Divina Voluntad, es el Don más grande, es Dios, Él mismo que se da a la criatura humana para ser una copia perfecta de Él mismo. Él le dice a Luisa que la Creación y la Redención fueron etapas necesarias para llegar al Don de la Divina Voluntad. El Don de la Divina Voluntad no es algo nuevo, este don siempre existió, pero la manera de entrar, la manera de vivir en el reino de la Divina Voluntad, ¡esta es la novedad!


Los 36 libros de enseñanza que Jesús le dio a Luisa, fueron todos aprobados por la Iglesia.


Adán recibió el Don de la Divina Voluntad, Jesús dice que cuando Adán fue creado, las primeras palabras fueron estas: Dios mio, Padre mio, Autor de mi vida, yo te amo. Él dice que Él creó a Adán, entregándose totalmente a Adán, lo que nos recuerda el libro del génesis, creado a su imagen y semejanza.


Adán perdió este don a causa del pecado. Jesús dice que para verificar si todo amor es verdadero, debe pasar por una prueba y Adán no pasó la prueba. Jesús dice que Dios no le había pedido algo difícil: no toques el fruto de un árbol, no era algo difícil, Adán no paso la prueba y todas las generaciones que seguían no podían recibir este Don que Adán perdió, hasta que Jesús vino sobre la tierra, Él y la Divina Voluntad. Él viene a santificar bajo todos sus gestos y acciones; beber comer, dormir, trabajar, sufrir; Él dice que Él toma todos estos gestos sobre Él y Él los hace divinos, en previsión a las creaturas humanas que en un futuro acogerán la Divina Voluntad y Él dice que bajo la Divina Voluntad, Él tenia que morir en la Cruz para que el Don de la Divina Voluntad sea dado otra vez de nuevo a la humanidad.


Jesús dice que la Virgen María, también sobre la tierra tenía ese Don de la Divina Voluntad y que cuando ellos ya no estaban sobre la tierra ya no había nadie más que pudiera perpetuar este don de la Divina Voluntad en la tierra y Él se esperó casi dos mil años para buscar una creatura en la tierra, una creatura pecadora, y esto era necesario, para enseñar que cualquier creatura pecadora puede acoger el Don de la Divina Voluntad.


A partir de Luisa, todos los que entrarán en el deseo de acoger este Don, porque Jesús le dijo a Luisa:


Para entrar en la Divina Voluntad, no necesitan una puerta, ni de llaves, todo lo que les pido es desearlo y Yo hago todo lo demás”.


A partir del momento en que quieras recibir este Don, Jesús pide una condición: no puedes entrar en este Don con tu voluntad propia, diariamente le tienes que entregar tu voluntad propia y decir sí a este regalo de regalos que es la Divina Voluntad y ahí Dios empieza a hacer y vivir en su creatura, porque es Él quien hace todo a través de ella, Él hace divino todo lo que esta creatura hace, todas las acciones de esta creatura pasan a ser eternas y divinas.
Jesús dice que estas acciones no se quedan en la tierra, inmediatamente son llamadas hacia el Cielo, esta creatura empieza ya a vivir el Cielo sobre la tierra, no sin el sufrimiento, pero el sufrimiento en la Divina Voluntad queda afuera del alma y seguramente entendemos mejor la Palabra de Dios:
Vengan a Mí todos los que están afligidos y agobiados y Yo los aliviaré”.


Jesús dice que a partir del momento en que la creatura humana da el sí a este Don, recibe felicidades del cielo, empieza a recibir la liberación de los pecados desde su raíz, dice que Él las empieza a liberar de los trapos viejos del pecado que son el miedo, y partir de este momento ella vive en la paz. De hecho, una de las señales para saber si estamos en la Divina Voluntad, es que tengo paz. Jesús dice que este Don es tan grande, es Dios que se dona a la creatura humana.


Él dice que las enseñanzas de este Don son necesarias como una comida diaria para prender en nosotros continuamente el deseo del Don de la Divina Voluntad y que estas enseñanzas son necesarias porque cada palabra que es meditada y es acogida, particularmente las del libro Las 24 horas de la Pasión, Jesús dice que es Él mismo el que viene a meditar y a hacerlo a través de la creatura humana, por cada palabra de meditación del libro de las 24 Horas de la Pasión que Él le dio a Luisa, Jesús salvará a un alma del Purgatorio.


Jesús también le dijo a Luisa, que es muy importante retenerlo, porque hay mucha confusión alrededor de este Don de la Divina Voluntad.
Acoger el Don de la Divina Voluntad, no es hacer la voluntad de Dios con nuestra propia voluntad, porque hay gente que dice, yo siempre he hecho eso de la divina voluntad, pero siempre lo hicieron con su voluntad propia. Jesús le dice a Luisa: “Cuál es la diferencia entre los santos que buscaron hacer mi voluntad y la persona que ha dicho sí a mi Divina Voluntad, entregándome su voluntad propia. Incluso a través de las sanaciones, de los milagros que acompañaron muchos santos, ellos buscaron hacer mi voluntad con su voluntad humana, incluso en sus acciones más grandes, lo que ellos hacían, dejaba todavía un vacío muy grande dentro de ellos, porque sus acciones no tenían la plenitud de Dios, sus acciones estaban hechas bajo la voluntad humana, incluso cuando buscaban la voluntad de Dios.
Jesús dice, que eso no contenta a Dios, porque solo Dios puede contentar a Dios y acoger el Don de la Divina Voluntad, es dejar a Dios hacerlo todo a través mío, y a partir de este momento, todo lo que yo hago, es divino, porque es Dios el que lo hace a través mío. Jesús dice que eso da la plenitud a todas nuestras acciones. Jesús dice que cuando los santos trabajaron en este mundo, ellos no podían recibir el Don de la Divina Voluntad porque antes de Luisa el Don no había sido dado al mundo. Y Él escoció a una creatura como Luisa Picarreta para que este don fuera recibido y acogido por una creatura humana.
Jesús le dice a Luisa que la acción más pequeña hecha por Adán en la Divina Voluntad, era infinitamente más grande que todas las acciones hechas por todos los santos con su voluntad propia, Él dice que la santidad humana es infinitamente más pequeña que la santidad en la Divina Voluntad. Jesús le dice a Luisa que encuentra maravilloso a todos estos mártires de la Iglesia, que dieron su vida y su sangre en un momento preciso, pero es infinitamente más maravilloso, que la creatura humana todas las mañanas al levantarse haga esta oración:


" Divina Voluntad , te doy mi voluntad propia por el corazón de María que posee todos los Dones y los frutos de la Divina Voluntad . Ven Divina Voluntad en esta acción que estoy haciendo y en todas las acciones que haré durante el día."


Y Dios empieza a hacer y a actuar a través de su creatura, eso no está ligado al hecho de pensar o no pensar, está ligado al hecho de desear. Dios desea a través de nosotros y hacer todo a través de nosotros. Él le dice a Luisa que hay una sola cosa que Él no hará a través de nosotros y es el pecado. Cuando pecas, Dios te quita el regalo, pides perdón a Dios y Él se da nuevamente en este regalo de la Divina Voluntad. Es tan grande, llena tanto, que en el momento en que tu acoges este Don, Jesús le dice a Luisa que ya no querrás regresar a atrás, incluso, tu vida ya estará lista para ya no perder este Don.


Una sugerencia para las personas que quieran acoger este Don, la manera por excelencia para descubrir el tamaño de este Don, viene de la meditación que hace la Virgen María frente al Reino de la Divina Voluntad. Pueden buscar en Google: Los 31 días con María en el Reino de la Divina Voluntad, y empiezan diariamente a hacer esta meditación. Nos invita diariamente tres veces por día a sentarnos en las rodillas de la Virgen y la Virgen María nos da tragos de la Divina Voluntad, porque Jesús le dice a Luisa que nuestra capacidad humana para acoger las enseñanzas de la Divina Voluntad es limitada y es realmente por pequeños tragos que asimilamos esta luminosidad de las enseñanzas de Jesús. Diariamente la Virgen nos da un ejercicio práctico. La Virgen recuerda la grandeza de su concepción, porque cuando Dios la crea, Él le va a pedir algo infinitamente más grande que Adán, Él le pide su voluntad propia y aceptar nunca más dar vida a su voluntad propia, esto es imposible humanamente y por eso es que Jesús dice que se requiere una mano Divina para matar a la voluntad humana y la Virgen María lo dice en una de sus meditaciones:


Hijo mío, pon tus manos sobre tu corazón, mira todos tus vacíos causados por todas las contrariedades, las impaciencias, las insatisfacciones. Estos vacíos fueron ocasionados por tu voluntad humana, dame tu voluntad humana para que yo la pueda transformar en Voluntad Divina.


Estas meditaciones son tan profundas, crean en nosotros y la Virgen María un lazo tan fuerte, porque la Virgen María nos lo dice en su meditación, que cuando ella estuvo sobre la tierra en la Divina Voluntad, ella ha tomado sobre ella misma todas nuestras acciones, porque esta Divina Voluntad le permitía reunir a todos sus hijos de todo los tiempos, en toda la humanidad y ella nos ha cargado a todos nosotros.
Cuando San Luis María Grignon de Monfort, habla de los apóstoles de los últimos tiempos, dice que estos apóstoles tendrán una relación tan fuerte y un amor tan fuerte a la Virgen. Estos apóstoles de los últimos años, son los apóstoles de la Divina Voluntad. El dice que estos apóstoles desarrollarán dones nuevos que todavía no han sido conocidos en la tierra, estos nuevos dones son los frutos de la Divina Voluntad.


Jesús le dice a Luisa que aquel que acoge el Don de la Divina Voluntad, posee todos los dones. El le dice a Luisa que cuando Dios crea a la creatura humana, Él le pone en ella un vacío, para que este vacío pueda ser llenado por Dios mismo que es la Divina Voluntad.


Dejemos de pelearnos con nuestra pobreza, los frutos de nuestra voluntad humana, diariamente abandonémosla al Señor, estas pobrezas nos hacen ver cada vez más el vacío que tenemos en nosotros, y este vacío nos llama a través de nosotros al Don de la Divina Voluntad. Cuántas personas, cuántos sacerdotes, cuántas al mas consagradas no están satisfechas, porque cuando eso se hace con nuestra voluntad humana, no llegamos a esta plenitud y a llenar nuestro corazón, la novedad de lo que Jesús anuncia en estos tiempos, va más allá de todo lo que podamos imaginar.


Durante muchos años estuve en la renovación carismática, y hablábamos de este renacimiento en el espíritu, de esta efusión del Espíritu y para mi, está claro que esta nueva efusión del Espíritu es la transformación por el Espíritu santo en la Divina Voluntad de la criatura humana y eso abre la puerta para todos los dones.


Jesús le dice a Luisa que todos los santos han trabajado sobre los frutos de la Divina Voluntad en los tiempos de ellos, hicieron conversiones, liberaciones, milagros, pero eso estaba limitado a sus tiempos, pero Él dice que no trabajaban sobre Dios mismo que es la Divina Voluntad. Acoger la Divina Voluntad es dejar que Dios nos trabaje, y es Dios el que trabaja sobre Dios mismo en la creatura humana y este es el mayor regalo que Él pueda dar porque dice que la creatura humana que ha acogido este don sobre la tierra, no solamente trabaja sobre su tiempo, trabaja sobre el pasado, presente, y futuro.
Jesús dice que tenemos la impresión de que trabajar en la Divina Voluntad no pasa nada, porque Dios trabaja en todas las almas del presente, del pasado y del futuro. Él dice que la creatura humana que hubiera hecho solo una acción en la Divina Voluntad, moriría y pasaría inmediatamente al Cielo. Él dice que la creatura que ha acogido este Don de la Divina Voluntad no irá al Purgatorio, porque todo el Cielo estaría en objeción si ella fuera al Purgatorio, ¿por qué? Porque es Dios, Él mismo, en la creatura.


Habla incluso de este cielo de la Divina Voluntad. Los que sobre la tierra que se alimentarán de estas enseñanzas de estos conocimientos que fueron dados a Luisa, estas enseñanzas le costaron más caro que la Creación y la Redención unidas, que una vez que estos se irán de este mundo serán herederos del cielo de la Divina Voluntad. Y Él describe este Cielo como el Cielo que más se acerca al Trono de Dios, como hay 9 coros de ángeles hay 9 coros de los que han acogido este don en el Cielo. Él se eleva en estos corazones de acuerdo a las adquisiciones que se han hecho de estos conocimientos en la tierra y la Virgen María será la Reina de estas personas que harán parte del Reino de la Divina Voluntad.
Él dice, en la Divina Voluntad, todo lo que es Mío, también es de la creatura humana y todo lo que es de la Virgen, también es Mio.


Yo les puedo decir que diariamente quedo maravillado con estas enseñanzas, estas enseñanzas me dan alegría, alimentan mi alma, diríamos que todo lo que es humano alrededor mío, sin que yo me deshaga de la realidad, se queda pequeño al lado de todo lo que Jesús dice sobre la Divina Voluntad. Te quiero decir, para ayudarte con estas enseñanzas, que:


Dios ya ha preparado tu corazón para acoger estos dones, incluso antes que llegaras a este mundo y que toda la creación y el Cielo esperaban de ti, para que finalmente pudieras dar tu sí a este Don de la Divina Voluntad.


Si en el momento en que yo te hablo (en el momento en que lees) te sientes tocado, que incluso lágrimas pueden estar cayendo de tus ojos, es la Divina Voluntad que hace mover tu alma, porque desde toda la eternidad, fuiste llamado a dar tu sí y a acoger el Don, no solamente un día, diariamente.
A partir del momento que se da el sí, y se alimenta de estas enseñanzas y se hace una hora de meditación de las 24 horas de la Pasión, es el Dios mismo que vine a meditar a través de su creatura y porque es Dios quien lo hace, esto se hace de manera perfecta. Es muy importante recordar algo, Él lo hace por todos, en el nombre de todos los hombres de todos los tiempos, no hay ninguna voluntad humana que pueda llegar a a hacer esto.


Ustedes tienen la opción, sigan con su voluntad humana en busca de la voluntad de Dios, voluntad humana con sus imperfecciones, fragilidades y debilidades. Él dice que todo lo que hacemos sobre la tierra con nuestra voluntad humana, incluso los actos más santos, deberán esperar el juicio particular al momento de la muerte para ser confirmados por Él. Mientras que los actos hechos en la Divina Voluntad, yo dí mi voluntad propia, dije sí a la Divina voluntad, Dios empieza a hacer a través de mi, Él hace divinas todas mis acciones, cada pequeño acto, beber, comer, dormir, trabajar, Él dice que a partir de ese momento, estas acciones son inmediatamente confirmadas, no tienen que esperar al juicio particular, porque esta acciones pasan a ser divinas ya que es Dios que hace a través de la creatura, suben inmediatamente al Cielo y por eso es la grandeza de la meditación de las 24 horas.


Jesús le dijo a Luisa, que todas las personas que hablarían sobre su Divina Voluntad, Él les daría un don de fecundidad para las almas.


Un día, san Anibal de Francia, el director espiritual de Luisa Picarreta que fue canonizado por San Juan Pablo II, aparece después de la muerte a Luisa, para decirle la realidad del Don de la Divina Voluntad, él dice, todo lo que hice sobre la tierra, las enseñanzas que dí sobre la Divina Voluntad, en el cielo eran fuegos nuevos, luces nuevas infinitas, colores inexplicables, bellezas inexplicables y que multiplicaban al infinito, ¿por qué? Porque cuando es Dios el que hace en la creatura, Él diviniza todo.


Él le dijo a Luisa, que cuando Él vino sobre la tierra, del momento de su Concepción a su Ascensión, Él divinizó todos sus actos, que son actos humanos en su Divinidad, y Él a divinizado todas las acciones de las creaturas que vinieron antes, durante y después, y estas acciones estaba como suspendidas, esperando el día donde tu o yo nos adhiramos a este regalo de la Divina Voluntad, permitiendo a Dios divinizar todo en nosotros.
Esto alegra a Dios y solo Dios puede alegrar a Dios.


Descubran este Don, acójanlo, el fue preparado para ustedes, aliméntense con estas enseñanzas, hagan la meditación de las 24 horas de la Pasión y las rondas de la Creación de la Redención y de la Santificación donde prestamos nuestra voz a la creación. Jesús dice que cuando Él creo a Adán, era para romper la soledad de Dios, Dios no está solo, pero es una imagen para decir eso. Él había dicho, Yo cree la creación y todo lo que he creado está marcado por la Divina Voluntad, pero la creación no me podía hablar y Yo cree a Adán para un regreso de amor y de gloria. Y Él dice por qué Él quiere dar este don a toda la humanidad, es por un regreso de gloria a Dios, un regreso de amor. Él le va a decir a Luisa que el hombre se apropia de todo, de la creación, de manera egoísta como si todo le perteneciera, Él le va a decir que el hombre es el ladrón de lo que Él ha hecho, ¿por qué?, porque no hay un regreso de amor y de gloria hacia Él. Y el objetivo de este Don de la Divina Voluntad, es por un regreso de amor y de gloria a Dios, y como El lo ha dicho a Luisa, lo propio del amor es dar todo y en este Don, Dios se da totalmente a ti.


Una vez Luisa le dijo, como puede el infinito de Dios darse a una creatura que es finita, y Dios le dijo a Luisa: para el hombre es imposible, pero todo es posible para Dios. Es el infinito que se da al finito y lo propio de Dios es realizar el imposible, todo es posible.


En este momento, es la Divina Voluntad que te habla, para que sea rehecho en ti, todo tu ser y que tu te abras a la grandeza de este Don, Jesús le va a decir a Luisa: como hubo apóstoles que anunciaron el evangelio, también habrá apóstoles de la Divina Voluntad, donde su trabajo será divulgar la Divina Voluntad en todo el mundo y su trabajo será tan grande como el de los apóstoles porque no hay nada más grande que este Don de la Divina Voluntad.


Nos maravillamos frente al tamaño de este Don. Jesús le dice a Luisa: muchos me adoran en la Eucaristía y me da mucha alegría, pero pocos adoran el Don de mi Divina Voluntad, la Eucaristía es el fruto de mi Divina Voluntad, adorar la Divina Voluntad es adorar a Dios a través mio y todo pasa a ser posible.


Jesús le dice a Luisa:
Actualmente estamos cerca del final del tercer periodo de dos mil años y habrá una tercera renovación, y es la razón por la confusión general actualmente que no es nada mas que la preparación a la tercera renovación. Muchos conocen mi humanidad, pero pocos conocen mi Divinidad y el Don de la Divina Voluntad es para abrirse al conocimiento de esta Divinidad. Actualmente en esta tercera renovación, después que la tierra sea purificada y gran parte de la generación presente destruida, Yo seré aun más Magnánimo para las creaturas y haré esta renovación haciendo lo que mi Divinidad ha hecho en mi humanidad.
Yo manifestaré como mi Divina Voluntad trabajó junto con mi voluntad humana, como todo está atado en Mi, como yo he hecho rehecho todas las cosas, como incluso cada pensamiento de cada creatura fue rehecho por Mí y sellado por mi Divina Voluntad.
Mi Amor quiere estas entregas, Él quiere hacer saber hasta que excesos llegó mi Divinidad por amor a las almas. Excesos que fueron muchos más allá de lo que operó mi divinidad humana, y es por eso que te hablo muy frecuentemente de mi vida en mi Divina Voluntad, lo que no había dicho a nadie anteriormente.
Penetrar mi Voluntad, abrazar su inmensidad para ser multiplicado Conmigo y penetrar por todos lados en el cielo, y en los corazones en la tierra, abandonar las vías humanas y trabajar de manera divina, eso todavía no ha sido conocido, es cierto que esto parecerá extraño para muchos, y aquellos que no guarden sus espíritus abiertos a la luz de la verdad, no comprenderán nada, pero poco a poco Yo haré mi camino en sus corazones, manifestando a la vez esta verdad y de otras maneras manifestando la verdad de vivir en mi voluntad de manera que terminaran por comprender.


La Divina Voluntad no es un final, abre millones de puertas, porque es Dios que hace a través de ti. Él lo hace en el nombre de todos los hombres y para todos los hombres de todos los tiempos, pasados, presentes, y futuros. Él diviniza lo que yo hago, lo que soy, la transformación de Él en mi se hace, para que yo me transforme en una copia perfecta de Él mismo.
Es inimaginable y ustedes tienen la opción, continúen con su voluntad propia, con sus miserias, esas raíces de pecado, o den cada día su voluntad propia, decir sí a este Don de la Divina Voluntad, invitar cada día a que Dios haga en mis acciones, y esto hará una grandeza infinita, incalculable, porque una vez más dice Dios, cuando alguien hace en la Divina Voluntad, a los ojos del hombre pareciera que la creatura no hace nada, pero en los ojos de Dios, en este invisible, es Dios que trabaja eficazmente en ella, más que todos los actos humanos hechos en la voluntad propia, incluso en la mejor búsqueda de la voluntad de Dios.






Que María Reina de la Divina Voluntad, los cubra con su Manto, para que cada uno de ustedes pueda decir en sus corazones, yo digo sí a la Divina Voluntad, me quiero consagrar a la Divina Voluntad para siempre al nombre de todos y por todos. Y nuestra vida no terminará con esta vida aquí sobre la tierra, porque la vida en la Divina Voluntad en el cielo continúa.






LUISA PICARRETA
SIERVA DE DIOS


La Sierva de Dios, Luisa Piccarreta nació en la ciudad de Corato en la provincia de Bari, Italia, en la mañana del domingo 23 de abril de 1865, el día de la fiesta actual de la Divina Misericordia.
Ella cuenta que desde niña era vergonzosa y miedosa, al punto de no saber estar sola.
El motivo eran las frecuentes pesadillas, en que soñaba al demonio.
Por eso, desde los tres o cuatro años empezó a rezar continuamente, invocando a todos los Santos para que la defendieran.
Y sobre todo siete Avemarías a la Virgen Dolorosa, por lo cual no tomaba parte en los juegos de las otras niñas y de sus hermanitas
Pero aunque era tímida y miedosa, dice ella, era también alegre y traviesa; saltaba, corría y hacía también “impertinencias”, o sea, bromas.


Su primera visión


Alrededor de los dieciséis años de edad, Luisa Piccarreta estaba en su habitación trabajando y meditando en la Pasión de Jesús, que Él mismo le narraba en su interior, y de repente sintió su corazón oprimido y que le faltaba la respiración, y temiendo que fuera a sucederle algo, salió al balcón para tomar el aire.


Desde el balcón Luisa vio que la calle estaba llena de gente que estaba empujando a Jesús mientras llevaba la Cruz. Sufriente y ensangrentado, lleno de aflicción y agobiado, Jesús levantó la vista hacia Luisa como pidiéndole ayuda y pronunciando estas palabras: ‘Alma, ¡ayúdame!’.


Luisa entró en su habitación con el corazón desgarrado por el dolor, y llorando le dijo: ‘¡Cuánto sufres, oh mi buen Jesús! ¡Pudiera yo al menos ayudarte y librarte, o cuando menos sufrir yo tus penas, tus dolores y tus fatigas en tu lugar, para así darte el mayor alivio…! Ah, bien mío, haz que yo también sufra, porque no es justo que tú debas sufrir tanto por amor a mí y que yo, pecadora, esté por sufrir nada por ti.’ Y desde aquel momento, repitiendo siempre el ‘fiat’ o ‘hágase’, se hicieron más frecuentes los períodos transcurridos en cama hasta la completa inmovilidad durante 62 años.




Sus escritos


Bajo obediencia, Luisa Piccarreta escribió dos libritos:
"La Vida de la Santísima Virgen" y "Las Horas de la Pasión".
Luego presentó 36 manuscritos numerados, en los que ella elaboró lo que le fue revelado en oración acerca de "la vida en la Voluntad de Dios".
































El pecado de impureza.

Vi al Señor Jesús atado a una columna, despojado de sus vestiduras y enseguida empezó la flagelación. Vi cuatro hombres que por turno azotab...