"Busca a la oveja perdida hasta encontrarla".
Una vez escuché de un predicador que Dios te llama tres veces y a la tercera te cierra la puerta.
Esas palabras hicieron mucho daño en mi vida, viví años en el tormento, ya que sabía muy bien que Dios ya había golpeado a mi puerta tres veces. Así que el enemigo se aprovechó y comenzcó a hablarme sobre que ya estaba condenada, que Dios me había cerrado la puerta y ya no había salvación para mí.
Años y años viviendo como una condenada, cuando no era así. Pensando que Dios ya no me quería, que me miraba con desprecio, que ya no había oportunidad para mí. Haciéndome una imagen de un Dios castigador.
¡QUE TORMENTO! Que daño tan grande se puede hacer cuando se dice lo que no se sabe.
Muchos años después, en un encuentro en la iglesia, había una monja predicando, la charla estaba muy buena, era sobre sanación intergeneracional, de repente ella dice:
¡DIOS TE BUSCA HASTA EL ÚLTIMO DÍA DE TU VIDA!.
Enseguida en ese momento sentí una liberación, todos mis años de tormento se quedaron atrás, el Dios malo y castigador desapareció para darle lugar al Padre amoroso que siempre nos busca para salvarnos.
Y es verdad! Dios siempre nos está buscando, siempre nos está mandando las gracias para que las sepamos aprovechar y así lleguemos a Él.
Él no quiere que nos perdamos, el Señor quiere que estemos con Él y hace de todo para alcanzarnos. Todos los días nos susurra al oído, nos manda personas, mensajes, carteles, canciones. Dios nos busca todo el tiempo. Él no es un juez castigador, Él es un padre. ¿Qué padre quiere la perdición de su hijo?
Dios, nuestro Padre, nos quiere junto a Él, y hasta el último segundo de nuestras vidas nos va a buscar.
Escuchemos! Estemos atentos a las gracias que nos manda, nos las desperdiciemos. Y cuando alguien nos venga a decir lo contrario, acordémonos del pasaje de la oveja perdida: dejó a las 99 para ir a buscar a la oveja perdida HASTA encontrarla. Ese Hasta significa que no va a dejar de buscarnos hasta que nos encuentre.
Dios es un Padre misericordioso, Dios quiere que todos los hombres se salven, Dios no te va a buscar una, dos o tres veces, te va a buscar SIEMPRE.
NADIE NOS AMA COMO ÉL.
¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
Lucas 15, 4
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