EL
DON DE LA DIVINA VOLUNTAD
LUISA
PICARRETA
(Hija
de la Divina Voluntad)
Le da esta oración , para rezarla todas las mañanas y así estar dispuesto a acoger este Don.
"
Divina Voluntad , te doy mi voluntad propia por el corazón de María
que posee todos los Dones y los frutos de la Divina Voluntad . Ven
Divina Voluntad en esta acción que estoy haciendo y en todas las
acciones que haré durante el día."
El
deseo de Dios es que todos acojan el Don de la Divina Voluntad.
¿QUÉS
ES LA DIVINA VOLUNTAD?
Extractos
del video: Divina Voluntad del sacerdote exorcista Ghislain
Roy
(https://www.youtube.com/watch?v=fElMQuLM5sk)
Es
el Don que maravilla a los ángeles y a los Santos, es el regalo de
regalos que hace prosternar el cielo todo entero frente a la
creatura
que ha recibido este don tan maravilloso, donde Dios quiere hacerlo
todo a través de su creatura,
mirar a través de sus ojos, escuchar a través de sus oídos, hablar
a través de su boca, comer a través de esta creatura
humana, trabajar a través de sus manos, caminar por sus pasos. Es
el Don que Dios quiere regalar a toda la humanidad.
Es
el sueño de Dios para cada creatura humana y el
tiempo para la realización de este sueño ha llegado. Para
cada creatura que dará su sí a la Divina Voluntad y
que dándole su voluntad propia, que tantas veces lo lleva al mal y
al pecado, Él empezará en esta criatura, la acción de Dios.
Adán
tenía el Don de la Divina Voluntad pero lo perdió a causa del
pecado.
El
Señor prometió que a los que hagan conocer estas enseñanzas, Él
los bendeciría especialmente. Jesús le dijo a Luisa Picarreta, que
por una sola alma que acoja el Don de la Divina Voluntad, Él le dará
la felicidad de diez mil que le hayan rechazado este Don, y cuando un
alma de su sí, Dios empieza a actuar en todo el corazón, el cerebro
y el alma de esta persona, Él le dice a Luisa que su Sangre llueve
sobre esta persona, Él empieza a vivir en esta persona, recordando
la palabra de San Pablo: ya no soy yo el que vive, sino es Cristo el
que vive en mí. Y Jesús le decía a Luisa que en el momento en que
la persona de su sí diariamente, sus ojos y toda su atención están
volteados a esta persona, porque este Don de la Divina Voluntad, es
el Don más grande, es Dios, Él mismo que se da a la criatura humana
para ser una copia perfecta de Él mismo. Él le dice a Luisa que la
Creación y la Redención fueron etapas necesarias para llegar al Don
de la Divina Voluntad. El Don de la Divina Voluntad no es algo nuevo,
este don siempre existió, pero la manera de entrar, la manera de
vivir en el reino de la Divina Voluntad, ¡esta es la novedad!
Los
36 libros de enseñanza que Jesús le dio a Luisa, fueron todos
aprobados por la Iglesia.
Adán
recibió el Don de la Divina Voluntad, Jesús dice que cuando Adán
fue creado, las primeras palabras fueron estas: Dios mio, Padre mio,
Autor de mi vida, yo te amo. Él dice que Él creó a Adán,
entregándose totalmente a Adán, lo que nos recuerda el libro del
génesis, creado a su imagen y semejanza.
Adán
perdió este don a causa del pecado. Jesús dice que para verificar
si todo amor es verdadero, debe pasar por una prueba y Adán no pasó
la prueba. Jesús dice que Dios no le había pedido algo difícil: no
toques el fruto de un árbol, no era algo difícil, Adán no paso la
prueba y todas las generaciones que seguían no podían recibir este
Don que Adán perdió, hasta que Jesús vino sobre la tierra, Él y
la Divina Voluntad. Él viene a santificar bajo todos sus gestos y
acciones; beber comer, dormir, trabajar, sufrir; Él dice que Él
toma todos estos gestos sobre Él y Él los hace divinos, en
previsión a las creaturas humanas que en un futuro acogerán la
Divina Voluntad y Él dice que bajo la Divina Voluntad, Él tenia que
morir en la Cruz para que el Don de la Divina Voluntad sea dado otra
vez de nuevo a la humanidad.
Jesús
dice que la Virgen María, también sobre la tierra tenía ese Don de
la Divina Voluntad y que cuando ellos ya no estaban sobre la tierra
ya no había nadie más que pudiera perpetuar este don de la Divina
Voluntad en la tierra y Él se esperó casi dos mil años para buscar
una creatura en la tierra, una creatura pecadora, y esto era
necesario, para enseñar que cualquier creatura pecadora puede acoger
el Don de la Divina Voluntad.
A
partir de Luisa, todos los que entrarán en el deseo de acoger este
Don, porque Jesús le dijo a Luisa:
“Para
entrar en la Divina Voluntad, no necesitan una puerta, ni de llaves,
todo lo que les pido es desearlo y Yo hago todo lo demás”.
A
partir del momento en que quieras recibir este Don, Jesús pide una
condición: no puedes entrar en este Don con tu voluntad propia,
diariamente le tienes que entregar tu voluntad propia y decir sí a
este regalo de regalos que es la Divina Voluntad y ahí Dios empieza
a hacer y vivir en su creatura, porque es Él quien hace todo a
través de ella, Él hace divino todo lo que esta creatura hace,
todas las acciones de esta creatura pasan a ser eternas y divinas.
Jesús dice que estas acciones no se quedan en la tierra, inmediatamente son llamadas hacia el Cielo, esta creatura empieza ya a vivir el Cielo sobre la tierra, no sin el sufrimiento, pero el sufrimiento en la Divina Voluntad queda afuera del alma y seguramente entendemos mejor la Palabra de Dios:
Jesús dice que estas acciones no se quedan en la tierra, inmediatamente son llamadas hacia el Cielo, esta creatura empieza ya a vivir el Cielo sobre la tierra, no sin el sufrimiento, pero el sufrimiento en la Divina Voluntad queda afuera del alma y seguramente entendemos mejor la Palabra de Dios:
“Vengan
a Mí todos los que están afligidos y
agobiados y Yo los aliviaré”.
Jesús
dice que a partir del momento en que la creatura humana da el sí a
este Don, recibe felicidades del cielo, empieza a recibir la
liberación de los pecados desde su raíz, dice que Él las empieza a
liberar de los trapos viejos del pecado que son el miedo, y partir de
este momento ella vive en la paz. De hecho, una de las señales para
saber si estamos en la Divina Voluntad, es que tengo paz. Jesús dice
que este Don es tan grande, es Dios que se dona a la creatura humana.
Él
dice que las enseñanzas de este Don son necesarias como una comida
diaria para prender en nosotros continuamente el deseo del Don de la
Divina Voluntad y que estas enseñanzas son necesarias porque cada
palabra que es meditada y es acogida, particularmente las del libro
Las 24 horas de la Pasión, Jesús dice que es Él mismo el que viene
a meditar y a hacerlo a través de la creatura humana, por cada
palabra de meditación del libro de las 24 Horas de la Pasión que Él
le dio a Luisa, Jesús salvará a un alma del Purgatorio.
Jesús
también le dijo a Luisa, que es muy importante retenerlo, porque hay
mucha confusión alrededor de este Don de la Divina Voluntad.
Acoger
el Don de la Divina Voluntad, no es hacer la voluntad de Dios con
nuestra propia voluntad, porque hay gente que dice, yo siempre he
hecho eso de la divina voluntad, pero siempre lo hicieron con su
voluntad propia. Jesús le dice a Luisa: “Cuál es la diferencia
entre los santos que buscaron hacer mi voluntad y la persona que ha
dicho sí a mi Divina Voluntad, entregándome su voluntad propia.
Incluso a través de las sanaciones, de los milagros que acompañaron
muchos santos, ellos buscaron hacer mi voluntad con su voluntad
humana, incluso en sus acciones más grandes, lo que ellos hacían,
dejaba todavía un vacío muy grande dentro de ellos, porque sus
acciones no tenían la plenitud de Dios, sus acciones estaban hechas
bajo la voluntad humana, incluso cuando buscaban la voluntad de Dios.
Jesús
dice, que eso no contenta a Dios, porque solo Dios puede contentar a
Dios y acoger el Don de la Divina Voluntad, es dejar a Dios hacerlo
todo a través mío, y a partir de este momento, todo lo que yo hago,
es divino, porque es Dios el que lo hace a través mío. Jesús dice
que eso da la plenitud a todas nuestras acciones. Jesús dice que
cuando los santos trabajaron en este mundo, ellos no podían recibir
el Don de la Divina Voluntad porque antes de Luisa el Don no había
sido dado al mundo. Y Él escoció a una creatura como Luisa
Picarreta para que este don fuera recibido y acogido por una creatura
humana.
Jesús
le dice a Luisa que la acción más pequeña hecha por Adán en la
Divina Voluntad, era infinitamente más grande que todas las acciones
hechas por todos los santos con su voluntad propia, Él dice que la
santidad humana es infinitamente más pequeña que la santidad en la
Divina Voluntad. Jesús le dice a Luisa que encuentra maravilloso a
todos estos mártires de la Iglesia, que dieron su vida y su sangre
en un momento preciso, pero es infinitamente más maravilloso, que la
creatura humana todas las mañanas al levantarse haga esta oración:
"
Divina Voluntad , te doy mi voluntad propia por el corazón de María
que posee todos los Dones y los frutos de la Divina Voluntad . Ven
Divina Voluntad en esta acción que estoy haciendo y en todas las
acciones que haré durante el día."
Y
Dios empieza a hacer y a actuar a través de su creatura, eso no está
ligado al hecho de pensar o no pensar, está ligado al hecho de
desear. Dios desea a través de nosotros y hacer todo a través de
nosotros. Él le dice a Luisa que hay una sola cosa que Él no hará
a través de nosotros y es el pecado. Cuando pecas, Dios te quita el
regalo, pides perdón a Dios y Él se da nuevamente en este regalo de
la Divina Voluntad. Es tan grande, llena tanto, que en el momento en
que tu acoges este Don, Jesús le dice a Luisa que ya no querrás
regresar a atrás, incluso, tu vida ya estará lista para ya no
perder este Don.
Una
sugerencia para las personas que quieran acoger este Don, la manera
por excelencia para descubrir el tamaño de este Don, viene de la
meditación que hace la Virgen María frente al Reino de la Divina
Voluntad. Pueden buscar en Google: Los 31 días con María en el
Reino de la Divina Voluntad, y empiezan diariamente a hacer esta
meditación. Nos invita diariamente tres veces por día a sentarnos
en las rodillas de la Virgen y la Virgen María nos da tragos de la
Divina Voluntad, porque Jesús le dice a Luisa que nuestra capacidad
humana para acoger las enseñanzas de la Divina Voluntad es limitada
y es realmente por pequeños tragos que asimilamos esta luminosidad
de las enseñanzas de Jesús. Diariamente la Virgen nos da un
ejercicio práctico. La Virgen recuerda la grandeza de su concepción,
porque cuando Dios la crea, Él le va a pedir algo infinitamente más
grande que Adán, Él le pide su voluntad propia y aceptar nunca más
dar vida a su voluntad propia, esto es imposible humanamente y por
eso es que Jesús dice que se requiere una mano Divina para matar a
la voluntad humana y la Virgen María lo dice en una de sus
meditaciones:
Hijo
mío, pon tus manos sobre tu corazón, mira todos tus vacíos
causados por todas las contrariedades, las impaciencias, las
insatisfacciones. Estos vacíos fueron ocasionados por tu voluntad
humana, dame tu voluntad humana para que yo la pueda transformar en
Voluntad Divina.
Estas
meditaciones son tan profundas, crean en nosotros y la Virgen María
un lazo tan fuerte, porque la Virgen María nos lo dice en su
meditación, que cuando ella estuvo sobre la tierra en la Divina
Voluntad, ella ha tomado sobre ella misma todas nuestras acciones,
porque esta Divina Voluntad le permitía reunir a todos sus hijos de
todo los tiempos, en toda la humanidad y ella nos ha cargado a todos
nosotros.
Cuando
San Luis María Grignon de Monfort, habla de los apóstoles de los
últimos tiempos, dice que estos apóstoles tendrán una relación
tan fuerte y un amor tan fuerte a la Virgen. Estos apóstoles de los
últimos años, son los apóstoles de la Divina Voluntad. El dice que
estos apóstoles desarrollarán dones nuevos que todavía no han sido
conocidos en la tierra, estos nuevos dones son los frutos de la
Divina Voluntad.
Jesús
le dice a Luisa que aquel que acoge el Don de la Divina Voluntad,
posee todos los dones. El le dice a Luisa que cuando Dios crea a la
creatura humana, Él le pone en ella un vacío, para que este vacío
pueda ser llenado por Dios mismo que es la Divina Voluntad.
Dejemos
de pelearnos con nuestra pobreza, los frutos de nuestra voluntad
humana, diariamente abandonémosla al Señor, estas pobrezas nos
hacen ver cada vez más el vacío que tenemos en nosotros, y este
vacío nos llama a través de nosotros al Don de la Divina Voluntad.
Cuántas personas, cuántos sacerdotes, cuántas al mas consagradas
no están satisfechas, porque cuando eso se hace con nuestra voluntad
humana, no llegamos a esta plenitud y a llenar nuestro corazón, la
novedad de lo que Jesús anuncia en estos tiempos, va más allá de
todo lo que podamos imaginar.
Durante
muchos años estuve en la renovación carismática, y hablábamos de
este renacimiento en el espíritu, de esta efusión del Espíritu y
para mi, está claro que esta nueva efusión del Espíritu es la
transformación por el Espíritu santo en la Divina Voluntad de la
criatura humana y eso abre la puerta para todos los dones.
Jesús
le dice a Luisa que todos los santos han trabajado sobre los frutos
de la Divina Voluntad en los tiempos de ellos, hicieron conversiones,
liberaciones, milagros, pero eso estaba limitado a sus tiempos, pero
Él dice que no trabajaban sobre Dios mismo que es la Divina
Voluntad. Acoger la Divina Voluntad es dejar que Dios nos trabaje, y
es Dios el que trabaja sobre Dios mismo en la creatura humana y este
es el mayor regalo que Él pueda dar porque dice que la creatura
humana que ha acogido este don sobre la tierra, no solamente trabaja
sobre su tiempo, trabaja sobre el pasado, presente, y futuro.
Jesús
dice que tenemos la impresión de que trabajar en la Divina Voluntad
no pasa nada, porque Dios trabaja en todas las almas del presente,
del pasado y del futuro. Él dice que la creatura humana que hubiera
hecho solo una acción en la Divina Voluntad, moriría y pasaría
inmediatamente al Cielo. Él dice que la creatura que ha acogido este
Don de la Divina Voluntad no irá al Purgatorio, porque todo el Cielo
estaría en objeción si ella fuera al Purgatorio, ¿por qué? Porque
es Dios, Él mismo, en la creatura.
Habla
incluso de este cielo de la Divina Voluntad. Los que sobre la tierra
que se alimentarán de estas enseñanzas de estos conocimientos que
fueron dados a Luisa, estas enseñanzas le costaron más caro que la
Creación y la Redención unidas, que una vez que estos se irán de
este mundo serán herederos del cielo de la Divina Voluntad. Y Él
describe este Cielo como el Cielo que más se acerca al Trono de
Dios, como hay 9 coros de ángeles hay 9 coros de los que han acogido
este don en el Cielo. Él se eleva en estos corazones de acuerdo a
las adquisiciones que se han hecho de estos conocimientos en la
tierra y la Virgen María será la Reina de estas personas que harán
parte del Reino de la Divina Voluntad.
Él
dice, en la Divina Voluntad, todo lo que es Mío, también es de la
creatura humana y todo lo que es de la Virgen, también es Mio.
Yo
les puedo decir que diariamente quedo maravillado con estas
enseñanzas, estas enseñanzas me dan alegría, alimentan mi alma,
diríamos que todo lo que es humano alrededor mío, sin que yo me
deshaga de la realidad, se queda pequeño al lado de todo lo que
Jesús dice sobre la Divina Voluntad. Te quiero decir, para ayudarte
con estas enseñanzas, que:
Dios
ya ha preparado tu corazón para acoger estos dones, incluso antes
que llegaras a este mundo y que toda la creación y el Cielo
esperaban de ti, para que finalmente pudieras dar tu sí a este Don
de la Divina Voluntad.
Si
en el momento en que yo te hablo (en el momento en que lees) te
sientes tocado, que incluso lágrimas pueden estar cayendo de tus
ojos, es la Divina Voluntad que hace mover tu alma, porque desde toda
la eternidad, fuiste llamado a dar tu sí y a acoger el Don, no
solamente un día, diariamente.
A
partir del momento que se da el sí, y se alimenta de estas
enseñanzas y se hace una hora de meditación de las 24 horas de la
Pasión, es el Dios mismo que vine a meditar a través de su creatura
y porque es Dios quien lo hace, esto se hace de manera perfecta. Es
muy importante recordar algo, Él lo hace por todos, en el nombre de
todos los hombres de todos los tiempos, no hay ninguna voluntad
humana que pueda llegar a a hacer esto.
Ustedes
tienen la opción, sigan con su voluntad humana en busca de la
voluntad de Dios, voluntad humana con sus imperfecciones,
fragilidades y debilidades. Él dice que todo lo que hacemos sobre la
tierra con nuestra voluntad humana, incluso los actos más santos,
deberán esperar el juicio particular al momento de la muerte para
ser confirmados por Él. Mientras que los actos hechos en la Divina
Voluntad, yo dí mi voluntad propia, dije sí a la Divina voluntad,
Dios empieza a hacer a través de mi, Él hace divinas todas mis
acciones, cada pequeño acto, beber, comer, dormir, trabajar, Él
dice que a partir de ese momento, estas acciones son inmediatamente
confirmadas, no tienen que esperar al juicio particular, porque esta
acciones pasan a ser divinas ya que es Dios que hace a través de la
creatura, suben inmediatamente al Cielo y por eso es la grandeza de
la meditación de las 24 horas.
Jesús
le dijo a Luisa, que todas las personas que hablarían sobre su
Divina Voluntad, Él les daría un don de fecundidad para las almas.
Un
día, san Anibal de Francia, el director espiritual de Luisa
Picarreta que fue canonizado por San Juan Pablo II, aparece después
de la muerte a Luisa, para decirle la realidad del Don de la Divina
Voluntad, él dice, todo lo que hice sobre la tierra, las enseñanzas
que dí sobre la Divina Voluntad, en el cielo eran fuegos nuevos,
luces nuevas infinitas, colores inexplicables, bellezas inexplicables
y que multiplicaban al infinito, ¿por qué? Porque cuando es Dios el
que hace en la creatura, Él diviniza todo.
Él
le dijo a Luisa, que cuando Él vino sobre la tierra, del momento de
su Concepción a su Ascensión, Él divinizó todos sus actos, que
son actos humanos en su Divinidad, y Él a divinizado todas las
acciones de las creaturas que vinieron antes, durante y después, y
estas acciones estaba como suspendidas, esperando el día donde tu o
yo nos adhiramos a este regalo de la Divina Voluntad, permitiendo a
Dios divinizar todo en nosotros.
Esto
alegra a Dios y solo Dios puede alegrar a Dios.
Descubran
este Don, acójanlo, el fue preparado para ustedes, aliméntense con
estas enseñanzas, hagan la meditación de las 24 horas de la Pasión
y las rondas de la Creación de la Redención y de la Santificación
donde prestamos nuestra voz a la creación. Jesús dice que cuando Él
creo a Adán, era para romper la soledad de Dios, Dios no está solo,
pero es una imagen para decir eso. Él había dicho, Yo cree la
creación y todo lo que he creado está marcado por la Divina
Voluntad, pero la creación no me podía hablar y Yo cree a Adán
para un regreso de amor y de gloria. Y Él dice por qué Él quiere
dar este don a toda la humanidad, es por un regreso de gloria a Dios,
un regreso de amor. Él le va a decir a Luisa que el hombre se
apropia de todo, de la creación, de manera egoísta como si todo le
perteneciera, Él le va a decir que el hombre es el ladrón de lo que
Él ha hecho, ¿por qué?, porque no hay un regreso de amor y de
gloria hacia Él. Y el objetivo de este Don de la Divina Voluntad, es
por un regreso de amor y de gloria a Dios, y como El lo ha dicho a
Luisa, lo propio del amor es dar todo y en este Don, Dios se da
totalmente a ti.
Una
vez Luisa le dijo, como puede el infinito de Dios darse a una
creatura que es finita, y Dios le dijo a Luisa: para el hombre es
imposible, pero todo es posible para Dios. Es el infinito que se da
al finito y lo propio de Dios es realizar el imposible, todo es
posible.
En
este momento, es la Divina Voluntad que te habla, para que sea
rehecho en ti, todo tu ser y que tu te abras a la grandeza de este
Don, Jesús le va a decir a Luisa: como hubo apóstoles que
anunciaron el evangelio, también habrá apóstoles de la Divina
Voluntad, donde su trabajo será divulgar la Divina Voluntad en todo
el mundo y su trabajo será tan grande como el de los apóstoles
porque no hay nada más grande que este Don de la Divina Voluntad.
Nos
maravillamos frente al tamaño de este Don. Jesús le dice a Luisa:
muchos me adoran en la Eucaristía y me da mucha alegría, pero pocos
adoran el Don de mi Divina Voluntad, la Eucaristía es el fruto de mi
Divina Voluntad, adorar la Divina Voluntad es adorar a Dios a través
mio y todo pasa a ser posible.
Jesús
le dice a Luisa:
Actualmente
estamos cerca del final del tercer periodo de dos mil años y habrá
una tercera renovación, y es la razón por la confusión general
actualmente que no es nada mas que la preparación a la tercera
renovación. Muchos conocen mi humanidad, pero pocos conocen mi
Divinidad y el Don de la Divina Voluntad es para abrirse al
conocimiento de esta Divinidad. Actualmente en esta tercera
renovación, después que la tierra sea purificada y gran parte de la
generación presente destruida, Yo seré aun más Magnánimo para las
creaturas y haré esta renovación haciendo lo que mi Divinidad ha
hecho en mi humanidad.
Yo
manifestaré como mi Divina Voluntad trabajó junto con mi voluntad
humana, como todo está atado en Mi, como yo he hecho rehecho todas
las cosas, como incluso cada pensamiento de cada creatura fue
rehecho por Mí y sellado por mi Divina Voluntad.
Mi
Amor quiere estas entregas, Él quiere hacer saber hasta que excesos
llegó mi Divinidad por amor a las almas. Excesos que fueron muchos
más allá de lo que operó mi divinidad humana, y es por eso que te
hablo muy frecuentemente de mi vida en mi Divina Voluntad, lo que no
había dicho a nadie anteriormente.
Penetrar
mi Voluntad, abrazar su inmensidad para ser multiplicado Conmigo y
penetrar por todos lados en el cielo, y en los corazones en la
tierra, abandonar las vías humanas y trabajar de manera divina, eso
todavía no ha sido conocido, es cierto que esto parecerá extraño
para muchos, y aquellos que no guarden sus espíritus abiertos a la
luz de la verdad, no comprenderán nada, pero poco a poco Yo haré mi
camino en sus corazones, manifestando a la vez esta verdad y de otras
maneras manifestando la verdad de vivir en mi voluntad de manera que
terminaran por comprender.
La
Divina Voluntad no es un final, abre millones de puertas, porque es
Dios que hace a través de ti. Él lo hace en el nombre de todos los
hombres y para todos los hombres de todos los tiempos, pasados,
presentes, y futuros. Él diviniza lo que yo hago, lo que soy, la
transformación de Él en mi se hace, para que yo me transforme en
una copia perfecta de Él mismo.
Es
inimaginable y ustedes tienen la opción, continúen con su voluntad
propia, con sus miserias, esas raíces de pecado, o den cada día su
voluntad propia, decir sí a este Don de la Divina Voluntad, invitar
cada día a que Dios haga en mis acciones, y esto hará una grandeza
infinita, incalculable, porque una vez más dice Dios, cuando alguien
hace en la Divina Voluntad, a los ojos del hombre pareciera que la
creatura no hace nada, pero en los ojos de Dios, en este invisible,
es Dios que trabaja eficazmente en ella, más que todos los actos
humanos hechos en la voluntad propia, incluso en la mejor búsqueda
de la voluntad de Dios.
Que
María Reina de la Divina Voluntad, los cubra con su Manto, para que
cada uno de ustedes pueda decir en sus corazones, yo digo sí a la
Divina Voluntad, me quiero consagrar a la Divina Voluntad para
siempre al nombre de todos y por todos. Y nuestra vida no terminará
con esta vida aquí sobre la tierra, porque la vida en la Divina
Voluntad en el cielo continúa.
LUISA
PICARRETA
SIERVA
DE DIOS
La
Sierva de Dios, Luisa Piccarreta nació en la ciudad de Corato en la
provincia de Bari, Italia, en
la mañana del domingo 23 de abril de 1865, el día de la fiesta
actual de la Divina Misericordia.
Ella
cuenta que desde niña era vergonzosa y miedosa, al punto de no saber
estar sola.
El
motivo eran las frecuentes pesadillas, en que soñaba al demonio.
Por
eso, desde los tres o cuatro años empezó a rezar continuamente,
invocando a todos los Santos para que la defendieran.
Y
sobre todo siete Avemarías a la Virgen Dolorosa, por lo cual no
tomaba parte en los juegos de las otras niñas y de sus hermanitas
Pero
aunque era tímida y miedosa, dice ella, era también alegre y
traviesa; saltaba, corría y hacía también “impertinencias”, o
sea, bromas.
Su
primera visión
Alrededor
de los dieciséis años de edad, Luisa Piccarreta estaba en su
habitación trabajando y meditando en la Pasión de Jesús, que Él
mismo le narraba en su interior, y de repente sintió su corazón
oprimido y que le faltaba la respiración, y temiendo que fuera a
sucederle algo, salió al balcón para tomar el aire.
Desde
el balcón Luisa vio que la calle estaba llena de gente que estaba
empujando a Jesús mientras llevaba la Cruz. Sufriente y
ensangrentado, lleno de aflicción y agobiado, Jesús levantó la
vista hacia Luisa como pidiéndole ayuda y pronunciando estas
palabras: ‘Alma, ¡ayúdame!’.
Luisa
entró en su habitación con el corazón desgarrado por el dolor, y
llorando le dijo: ‘¡Cuánto sufres, oh mi buen Jesús! ¡Pudiera
yo al menos ayudarte y librarte, o cuando menos sufrir yo tus penas,
tus dolores y tus fatigas en tu lugar, para así darte el mayor
alivio…! Ah, bien mío, haz que yo también sufra, porque no es
justo que tú debas sufrir tanto por amor a mí y que yo, pecadora,
esté por sufrir nada por ti.’ Y desde aquel momento, repitiendo
siempre el ‘fiat’ o ‘hágase’, se hicieron más frecuentes
los períodos transcurridos en cama hasta la completa inmovilidad
durante 62 años.
Sus
escritos
Bajo
obediencia, Luisa Piccarreta escribió dos libritos:
"La
Vida de la Santísima Virgen" y "Las Horas de la Pasión".
Luego
presentó 36 manuscritos numerados, en los que ella elaboró lo que
le fue revelado en oración acerca de "la vida en la Voluntad de
Dios".
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