viernes, 7 de julio de 2017

El vacío de Dios

Pones tu felicidad en las cosas y en las personas y te vas llenando y llenando y cuanto más te llenas, mas vacío quedas.

El tiempo pasa y no te das cuenta que estas vacío, se siente sin embargo una molestia, un fastidio, un sin sentido y entonces te seguis llenando de las cosas y de las personas.

Y comienzas a sentir un dolor profundo en el corazón, y te preguntas qué es. Es un dolor fuerte, casi desgarrador, es como si tuvieras un agujero en el corazón, crees que vas a morir! Es muy fuerte, no lo aguantas! 
Crees que te va a durar para siempre. Te seguís preguntando qué es esto, qué me pasa, por qué este dolor!

Hay algo dentro tuyo que gime desesperado, que implora, que sabe lo que pasa. Es tu espiritu gritando ¡Ven Dios!  Aquí también hay lugar para vos. Tu espíritu lo llama, pero tu humanidad sigue al mundo y sus cosas y así Dios va quedando cada vez más lejos. No te das cuenta como tu espíritu busca a su Dios, no lo escuchas, el llora, clama, gime ¡Ven Dios! Pero tú, sumergido en tus cosas, sumergido en tus vacíos, no lo escuchas. Y sigues tu camino.

El tiempo pasa, y te olvidaste del dolor que sentiste, seguís en la misma situación, llenando tu sed de las cosas del mundo, pensando que te vas a saciar y cada vez vas por más.

Ahí es cuando vuelve otra vez ese dolor inexplicable, esta vez es más fuerte, ya no puedes aguantar, ya no lo puedes ocultar y le preguntas a Dios, qué es esto que me pasa, por qué me siento morir?.

El espíritu te susurra al oído: "Es el vacío de Dios". El vacío de Dios? Te preguntas. Y en una revelacion el Señor te contesta:

"Es el vacío de mí" "Te fuiste llenando de tantas cosas, ocupaste tu corazón de cosas que no te hacen feliz, de cosas que hasta te fastidian, y te dabas cuenta, pero ibas por más. Te llenaste de pensamientos nefastos que solo te hacen daño, de ilusiones falsas, de ídolos y también de cosas materiales y ya no hubo lugar para Mí"

Hoy te digo: "Vacíate para que Yo pueda tener el lugar que me corresponde en tu corazón, vacíate para que Yo sea el dueño de tu corazón, tu corazón fue crado para Mí, ese es mi lugar, Yo soy el único dueño. Si no te vacías, Yo no voy a poder entrar, voy a seguir estando en la puerta golpeando hasta que decidas dejarme entrar. Y una vez que Yo sea el dueño de tu corazón, ¡seras feliz!

"Quiero tu corazón, quiero que seas feliz, no importa como esté, Yo lo voy a sanar y restaurar, solo vacíalo para que pueda entrar. No tengas miedo, Yo soy tu felicidad, Yo quiero que ¡seas feliz!"

Sólo quiero tu corazón.
Jesús.

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