sábado, 1 de julio de 2017

¿Por qué no le creemos a Dios?

No le creemos a Dios por diferentes razones, en lo natural hay heridas, hay mala imágen de Dios que pudo haber sido heredada o transmitida, o simplemente nadie nos habló de Él y no lo conocemos. Hay frustraciones, malas decisiones, maltratos, rechazos, situaciones en donde nos acostumbramos a que lo normal es ser maltratados, entonces, como no conocemos otra cosa, no podemos pensar que Dios es diferente, y no le creemos.

En lo espiritual, viene el enemigo y aprovecha todas esas situaciones y comienza a hablarnos al oído, muy sutil, para que no nos demos cuenta, poniéndonos verdades con mentiras, o verdades retorcidas.

Viene y nos dice: nadie te quiere, sos un don nadie, sos un rechazado, no encajas en ningún lado, nunca vas a conseguir lo que queres, nunca nadie te va a querer. Y llega más lejos aún y te dice: y por qué no te matas? Si aquí no cuentas para nadie?.
Y como estamos acostumbrados al maltrato y estamos llenos de heridas le creemos!!! El enmigo apovecha todas nuestras heridas para hablarnos, para hacernos perder, porque él solo vino a robar, a destruir y a matar.

¿Cómo le podemos creer a Dios con toda esa cantidad de mentiras a cuestas?, porque sí es verdad que te rechazaron y te maltrataron, pero no es verdad que nunca nadie te va a querer o que siempre vas a ser un desdichado como te quiere hacer creer. Acuérdate, el utiliza tus malas vivencias, tus heridas, para engañarte.

Luego viene Dios y te dice: eres mi hijo, eres muy amado, vales mucho a mis ojos, tienes talentos y capacidades que no imaginas, si supieras lo que yo veo en ti! Si supieras los dones y talentos que puse en ti, si supieras lo que te tengo confiado? Eres mi joya mas preciada!

PERO NO LE CREEMOS!!! Y ahí andamos detrás de las mentiras del enemigo y creyendole todo, a él que solo quiere nuestra ruina. Y te mete ideas en la cabeza contra Dios, te dice que Dios es un tirano, que no quiere tu felicidad, que solo quiere destruirte.

Una vez una persona me dijo: "Yo no voy a ir a la Iglesia para ser una frustrada". Esas son las mentiras del enemigo, hacerte creer que si sigues a Dios, tu vida va a ser frustrada, cuando en realidad tu vida solo se cumple en el propósito de Dios. El enemigo es el que te frustra, el te ata, te envuelve, te engaña, te hace caer, te ataca y te mata, y crees que andas por la vida muy feliz, pero en el fondo sabes que no es así, que solo eres un títere del enemigo. Y tu espíritu, que sí conoce a su creador, GIME CLAMAMDO A DIOS!! VUELVE DIOS!! NO ME DEJES!! NO ME ABANDONES!! NO TE VALLAS, POR FAVOR, TE NECESITO DIOS!!

Vamos por la vida engañados, creyendo las mentiras del enemigo y dudando de las verdades de Dios. Y decimos: Dios no quiere que sea feliz, Él no me deja libre, Él tiene muchas reglas, la religión es un invento para dominar mentes pequeñas.

Dios, es un Dios respetuoso, Él te creó, eres su hijo, y sin embargo te deja libre. Él te da dos caminos a seguir: EL DE LA VIDA Y EL DE LA MUERTE! Solo dos caminos!! Y la mayoría, el mundo, elige el camino de la muerte y se vuelve títere del demonio. Dios ve como sus hijos van tras el camino de la muerte, porque Él les dió la libertad de elegir!! Pero como es tu Padre, y sabe que por ese camino vas a tu muerte, va detrás de ti, hablándote todo el tiempo, susurrandote al oído: vuelve hijo, vuelve, tu Padre te espera, tu Padre te perdona. Pero no lo escuchas, el enemigo ya te envolvió en sus mentiras, en sus placeres, en su perdición, y ahí vas, muriéndote por dentro, pensando, ¿por qué no soy feliz?

Ya es hora de dejar las mentiras del enemigo y creerle a Dios, ¡ya!, no hay tiempo, es ahora, sana tu pasado, entrégaselo a Dios, él lo va a sanar y a restaurar, el va a recuperar la identidad de hijo de Dios que el enemigo hizo que dejes a un lado. Eres hijo de Dios!! Vuélvete a él, entrégale todo, tus miserias, tus heridas, tus tristezas, tus frustraciones, tus lágrimas, tu cansancio, tus caídas. Él te va a sanar, Él hará que vuelvas a decir: ¡Soy hijo de Dios! Y así vas a poder creerle a Dios.

Tu padre te espera, vuelve a casa y creele!

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