Lo que Dios puso en tus manos es grande, grandioso, poderoso, tienes que creer y confiar que estas en este mundo por algo, no viniste a ocupar un espacio.
Lo que Dios puso en tus manos es valioso, si el demonio lo sabe y lo cree, ¿cómo no lo crees tú?
Levántate! El Señor te espera, levántate y cree en ti, cree en ti que Dios creyó primero! No eres poca cosa, no eres un don nadie, un hijo de nadie, tú tienes dignidad, créela y defiéndela, eres un hijo de Dios, no te dejes arrastrar por el suelo cuando Dios te levantó, cuando Dios te puso corona real. Eres hijo de un Rey, tienes un Padre, un Padre que es el dueño del mundo, pero tienes que creerlo.
Debes decírtelo todos los días: tengo un Padre, tengo un Padre, tengo un Padre, él no me va a abandonar, él no me va a dejar, el pelea por mí, él me busca, él me cuida, él está conmigo cuando todos me abandonan, él es mi sustento, él es mi proveedor, el es mi creador, él es mi todo, él es mi Padre, como no voy a servirle?
Levántate y cumple con lo que Dios te confío.
Si estás en esta tierra, es con un gran propósito. Créelo.
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