viernes, 21 de julio de 2017

Cuando en la vida te tocó vivir situaciones desagradables como por ejemplo pasar necesidades, hay dos maneras de pasarlas:

Si las vivis sin Dios, te llenás de miedo, miedo a pasar por la misma situación y decís, no voy a dar, no vaya a ser que me quede sin nada. Tu corazón se vuelve duro ante la necesidad del otro, no tenés misericordia, te volvés avaro, egoísta, una persona sin corazón.

Cuando tu tribulación la vivís con Dios, tu necesidad se vuelve ayuda, tu corazón se vuelve misericordioso, generoso, te duele el dolor del otro, estás pronto a ayudar. Te dejaste trabajar por el Maestro, aprovechaste la prueba y saliste victorioso!

La misma situación solo es diferente según con quién la pases. Vos elegís, o con Dios o sin Dios. Sabiendo que con Dios, todas las tribulaciones producen un eterno peso de gloria.

Al taller del Maestro vamos a ir todos. Por eso es mejor aprovechar todo lo que el Señor nos manda o todo lo que el Señor permite, porque de todo Él siempre saca algo bueno.

Todo concurre para el bien de los que Dios ama.

Déjate tallar por el Maestro y verás las ganancias. Tendrás una relación distinta con él, tu corazón será semejante al de él, verás su rostro, se purificará tu fe, el Señor verá que en medio de las pruebas le fuiste fiel, lo seguiste buscando a él y Él te recompensara.

Todo queda escrito en el Libro de la Vida, todo, tus procesos también, por lo tanto, si vas a pasar una batalla, una prueba, una tribulación, que en el Libro de la Vida quede escrito: "

"Vino al taller y se dejó tallar por el Maestro".


Dios te bendiga.

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