¡Dios te avisa!
Hay que discernir entre lo humano y lo espiritual.
A veces decimos que una persona no nos gusta, que no nos cae bien, que esa persona tiene algo. Puede ser por algo humano, por un prejuicio y caemos en la crítica. Sí, hay que orar por esas personas que no nos caen bien y ver que hay detrás. Muchas veces decimos que alguien no nos cae bien y no nos damos cuenta que quizá esa persona nos está recordando a alguien que nos produjo una herida, es un buen momento para revisarnos e investigar que nos pasa y así poder sanar las heridas. Otras veces pueden no caernos bien porque nos reflejan nuestras frustraciones, otro buen momento para orar por nuestra sanación. Al orar e ir sanando nuestras heridas, vemos después que la persona ya no nos cae mal.
Pero ojo! Ha que estar atentos y vigilantes, porque Dios también puso en nosotros el discernimiento. Es el Espíritu que te habla al corazón y te dice que algo no está bien. Hay que hacerle mucho caso porque es Dios que te está avisando de algún peligro, te dice con esa persona no, a ese lugar no, esa oportunidad tampoco, a esa fiesta, no camines por esa calle, hoy no tomes el tren, etc.
Cuántas veces nos libramos de malas situaciones por haber escuchado lo que el mundo llama sexto sentido, no es sexto sentido, es discernimiento.
Escuchá a tu espíritu, cuando veas que en tu corazón algo te dice esa persona no! Orá por ella, pero salí de ahí, sí, orá pero de lejos, no pierdas tiempo, si algo en tu interior te inquieta, alejate rápido. Dios te está resguardando de algún peligro, Dios te está avisando. Acordate que Él es el que ve el principio y el fin.
Pero distinguí entre lo humano y lo espiritual.
El discernimiento no es un prejuicio ni una crítica, ni un chisme!
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