lunes, 14 de enero de 2019

Las pruebas de Santa Teresita

Permitió que mi alma se viese invadida por las más densas tinieblas, y que el pensamiento del cielo, tan dulce para mí, sólo fuese en adelante motivo de lucha y de tormento.

Esta prueba no debía durar sólo unos días, o unas semanas: no se extinguirá hasta la hora marcada por Dios.... Y esa hora no ha sonado todavía.

Quisiera poder expresar lo que siento, pero, ¡ay!. creo que es imposible. Es preciso haber peregrinado por este negro túnel para comprender su oscuridad. Trataré, sin embargo, de explicarlo con una comparación.

Me imagino que he nacido en un país cubierto de espesa niebla, y que nunca he contemplado el rostro risueño de la naturaleza inundada de luz y transfigurada por el sol radiante. Es cierto que desde la niñez estoy oyendo hablar de esas maravillas. Sé que el país en el que vivo no es mi patria y que hay otro al que debo aspirar sin cesar. Esto no es una historia inventada por un habitante del triste país donde me encuentro, sino que es una verdadera realidad, porque el Rey de aquella patria del sol radiante ha venido a vivir 33 años en el país de la tinieblas.

Tu hija, Señor, ha comprendido tu divina iuz y te pide perdón para sus hermanos. Acepta comer el pan del dolor todo el tiempo que tú quieras, y no quiere levantarse de esta mesa repleta de amargura, donde comen los pobres pecadores, hasta que llegue el día que tú tienes señalado...

Santa Teresita. Historia de un alma.


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